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ROSTROS E IMÁGENES DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS, QUITO EN EL CONTEXTO BARROCO

La Iglesia de la Compañía de Jesús en Quito constituye un icono y referente de nuestra identidad, sobre ella descansa parte de nuestra riqueza artística cultural. Muchas personas hablan de lo importante y valioso que es el templo, sin entender si quiera qué es aquello que destaca a tan preciosa y solemne construcción como muchas otras existen en Quito. Es entonces preciso señalar, la historia que subyace bajo tan esplendorosa edificación, y desentrañar conocimientos de autores e historiadores que han dado pistas de lo que en realidad viene a representar este majestuoso monumento de la creación jesuítica cristiana.

Una investigación que averigüe aspectos sobresalientes, de modo que relacione la arquitectura, los diseños, trazos y artes, con sus significados y el contexto histórico del pueblo quiteño de aquel tiempo y del ahora; es más que una muestra que reduce su estudio e investigación a la forma, a las simples formas que no tienen lugar sin la conexión del contexto histórico social y sus significados.

Por ello, esta obra pretende descubrir y mostrar no solo mediante el recurso escrito y gráfico, sino también el audiovisual (vídeo documental), cuanto de nuestra riqueza merece a la conjunción de mezclas y adaptaciones de las más variadas tendencias artísticas del mundo, y una muy singular, la más allegada y casi tan propia por su adaptación, la influencia del barroco, “…tendencia artística vinculada a la Contrarreforma e instrumento de la Iglesia, de manera particular, identificación de la orden de la Compañía de Jesús entre las fechas de 1600 y 1750”.[1]

Precisamente allí, en la visión jesuítica después de la conquista, reside parte de la riqueza. Y es que el templo no hubiera sido posible edificarlo sin el aporte de sus pobladores, sin el aporte de su gente, el aporte del pueblo quiteño. Es importante entender que pese a ser una obra que nace en el antiguo continente, en Italia concretamente, de donde proceden sus planos; dicha obra y su magnitud es tan propia de nuestra cultura como extranjera, tanto o similar al auténtico mestizaje entre el indio y el blanco que dan origen al mestizo en América. Por ello consideramos, su ornamentación obedece a la identidad del arte quiteño y diríamos además, a un barroco de estilo propiamente quiteño.

Este estudio reconoce aspectos gráficos, simbólicos, figuras y artes de la Iglesia, identifica sus significados, el carácter intrínseco de la obra, relaciona todo ello con la realidad histórica de nuestra sociedad, los sentidos y sin sentidos, la importancia que tiene ahora y en nuestra actual sociedad. Identifica también las relaciones entre el pueblo, su gente: el blanco, el indio, el mestizo y el negro. Averigua valores de la cotidianidad de la época de su edificación y de la época nuestra, el tiempo de su observancia.

Este trabajo como ya se ha dicho antes, no estaría completo de no ser socializado y difundido, he ahí la idea del video documental que ha sido objeto de difusión en medios televisivos y festivales de cine, en tanto reconoce e identifica un fragmento de nuestra cultura, a la vez que permite consolidar más la auténtica identidad que nos asemeja.

La Iglesia de la Compañía de Quito tiene fama mundial, y como se ha dicho, es una reliquia, una joya, una impresión inevitable de la riqueza, que puede contrastar mucho con la pobreza del antes y del ahora, y que sin embargo nos llena de gloria y por qué no, de inmensa riqueza, que desde luego debemos de apropiárnosla todos los ecuatorianos y los americanos.


[1] “El barroco”. Enciclopedia Salvat Diccionario II. 1973.

 

Comentarios

  1. Gracias tus sinceros deseo David y muchos éxitos para ti también en este 2010.

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  2. Estimado Christian: Soy un joven quiteño y religioso jesuita. Hace un año compré el libro de “Rostros e imágenes”. Felicitaciones por una obra que rescata una joya de Quito muy admirada pero poco conocida en sus aspectos históricos.

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  3. Me alegra mucho su comentario Mauricio y me motiva a culminar en breve mi próxima publicación. Tengo gran respeto y admiración por la comunidad de los jesuitas, he aprendido mucho con sacerdotes jesuitas y se que entre vosotros tenéis mente abierta. Se lo mucho que habrá aprendido con mi libro, como yo lo hice en la demora de su investigación, un afectuoso saludo a usted y toda la comunidad jesuita en Ecuador

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